I Live To Travel
Cuando era niña, soñaba con explorar lugares nuevos y desconocidos. Ahorraba mi dinero con la esperanza de viajar algún día, pero las circunstancias de la vida no me lo permitieron. Aún así, en mi corazón siempre creí que algún día recorrería el mundo.
Me fascinan las diferentes culturas, las personas de distintos orígenes y por supuesto, la gastronomía. Sentir que salgo de la monotonía y la rutina diaria siempre me ha dado la sensación de libertad.
Durante años, viajar fue solo un sueño... hasta que mi trabajo convirtió ese anhelo en realidad. Ahora paso casi seis meses al año viajando, en busca de inspiración, reuniones con clientes y nuevas conexiones.
Es increíble cómo los deseos de mi juventud se han convertido en mi presente. Viajar amplía nuestra visión del mundo, expande nuestra perspectiva de la vida y nos llena de sabiduría.
Pero, por encima de todo, he aprendido algo fundamental: antes de salir a descubrir el mundo, debemos construir una base sólida en casa. Solo entonces podremos disfrutar verdaderamente del viaje.